Ayer hoy y mañana,
tres notas de un pentagrama
que nosotros inventamos
para lavarnos las manos
en la pila bautismal.
Acto sacramental
que parcelando el terreno
deja ver cada vez menos
qué peso vence la rama,
ayer hoy y mañana.
Acompañeme el señor
al parche de su tambor
que la murga no es sentida
si no se prende la vida,
con un fuego abrasador
que purifique lo infame,
que le permita que ame
eso que tiene importancia,
mas allá de la ignorancia
emboscada en lo importante.
No ha sentido el desamparo
de cargar con el pasado,
de arrastrarlo hasta el futuro
como si fuera seguro
que queda mas por delante?