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Los síntomas psicosomáticos son aquellos que teniendo un origen psíquico, se manifiestan en el cuerpo.

En el habla cotidiana llamamos cuerpo al organismo, a lo físico. Según el diccionario de la RAE dentro de una gran pluralidad de significaciones, es aquello que «tiene una extensión limitada y produce impresión a nuestros sentidos por cualidades que le son propias. En el hombre y en los animales, conjunto de sistemas orgánicos que componen un ser vivo». Esta concepción del cuerpo remite a lo biológico, al cuerpo como un conjunto de órganos que interactúan. Es el que describe la medicina, formando así parte del Discurso de la Ciencia.  Hablamos así, de un cuerpo que puede ser medido, analizado, fotografiado, radiografiado, pesado…. una concepción cartesiana que responde a la dualidad entre pensamiento y superficie o extensión. Pero para el Psicoanálisis hay algo más.

Hay un cuerpo de goce* que se construye a partir de la determinación significante, como un efecto del lenguaje, como consecuencia de su encuentro con la palabra. Esta interpretación del cuerpo nada tiene que ver con conceptos como sistemas, órganos o extensión y peso. Si tomamos en cuenta el significante «realidad» (como ocurriría con cualquier otro significante), cada quien la interpreta a su manera, hace su propia lectura. Aún a pesar de compartir una realidad aparentemente objetiva, existe una realidad subjetiva que es la que acaba determinando al sujeto.

Freud se percató que la realidad que verdaderamente importa y condiciona, como interpreta cada quien los sucesos de su entorno, es la realidad interior, la subjetiva. Se trata de la realidad psíquica.

Como ocurre con la realidad, pasa con el cuerpo. Dependiendo de cómo cada quien haya podido simbolizarlo recortado por la acción de la palabra, así surge el cuerpo que el sujeto imagina (como se ve a si mismo). Este cuerpo del que se ocupa el Psicoanálisis, es un cuerpo sancionado, marcado desde el comienzo por esas figuras fundamentales que son papá y mamá (Otro paterno y Otro materno), por la presión cultural y social (Otro Social). Marcas como «igualito a la mamá», «estudioso como su padre», es nombrado por el lenguaje ya que al estar inmerso en un universo simbólico que lo precede, debe ser necesariamente simbolizado.

Sobre el organismo viviente caerá con su determinación lo psíquico, para convertir ese ser de órganos, tejidos y aparatos, en un cuerpo erogenizado y marcado por el significante.

Freud que, en sus comienzos, construyó el Psicoanálisis a partir de las enseñanzas cosechadas con la histeria, observó que en las parálisis motoras** que se daban en estos casos no respondían a ninguna lógica física, era como si el propio organismo no supiera nada de anatomía, o sea como si se tratase de otro cuerpo más allá del biológico.

 

  • el goce, es un complejo concepto que introduce Jacques Lacan, aquí lo uso para diferenciar una forma de «satisfacción sana» de la «satisfacción perjudicial/enferma» de que se puede disfrutar inconscientemente. Por otra parte el goce es inherente a la estructura humana, condicionada por la adquisición del habla, del lenguaje.
  • «Estudio comparativo de las parálisis motrices, orgánicas e histéricas» 1888 (publicado en 1893)

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