No me valoro, siento que no valgo para nada, me desvalorizo y tengo la autoestima muy baja. Estas frases y otras del mismo estilo son muy escuchadas en la consulta.
Si usted es de las personas que piensan, que lo que quiere no importa tanto como lo que esperan los demás, o hace las cosas para que lo acepten o simplemente para caer bien. Si le cuesta quererse, cuidarse, mimarse y pensar en si mismo sin sentir culpa, creo que tiene problemas para valorarse.
La valoración no es algo innato debe adquirirse en la vida, a partir de algo que debe existir desde el comienzo, el amor y la protección de los padres. Son estas figuras, tan importantes en la vida de todos nosotros, las que tienen que aportar la estabilidad, armonía, sensación de confianza y seguridad a sus hijos. Cuando estos se sienten queridos, importantes, cuando son apoyados (y se les enseña y permite experimentar), esta confianza y seguridad que en un principio viene del exterior, arraiga en ellos. En el futuro ya no necesitarán buscarla ni pedirsela a los demás.
Por múltiples razones muchas veces las cosas no salen así. Nacimiento de hermanos, desgracias familiares, fallecimientos, depresión post parto que acaba convirtiendose en rechazo. A veces se trata de mucha competencia entre hermanos (las comparaciones no ayudan) o de exigencias muy altas….. También ocurre que por diferentes circunstancias esta valoración se puede perder y (si se entra en una inercia negativa) puede ser difícil de recuperar.
El error más frecuete es pretender ser valorado desde posiciones desvalorizadas.
Sería algo así como, «si no me quiero yo, como me va querer el otro?»
Si observamos que nos ocurren estas cosas o similares, quizás sea el momento de buscar ayuda profesional y la terapia psicoanalítica, la solución más indicada.
Aumentar la autoestima, conseguir confianza en uno mismo, seguridad en las decisiones que nos vemos obligados a tomar, o sentirse valioso, son formas de conseguir una mayor calidad de vida.