Al igual que las autolesiones y autoescoriaciones, la tricotilomanía y la tricofagia son fenómenos que implican un mal control de los impulsos y que pueden hallarse presentes en todas las estructuras psicopatológicas como son la neurosis, la psicosis y la perversión. Existe cierto debate sobre la correspondencia de incluirlas entre los trastornos de los impulsos o entre los trastornos obsesivo – compulsivos.
Para el psicoanálisis es más sencillo, debe ser tratado como cualquier otro síntoma. Una incognita a descifrar.
Alguien no puede resistir el deseo placentero de arrancarse el cabello, provocándose lesiones cutáneas y deterioro de la propia imagen. Por qué lo hace, para qué le sirve, qué obtiene a cambio de tanta pérdida?
Tradicionalmente se ha definido como un trastorno del comportamiento o de la conducta que consiste en que la persona no pueda resistir el impulso de arrancarse el cabello y/o el vello de distintas partes del cuerpo. Es un acto compulsivo y recurrente que causa placer, alivio o simplemente tranquiliza y que se da con preferencia en el pelo de la cabeza, cejas, patillas, axilas o vello púbico, generando heridas cutáneas y placas alopesicas. La franja de edad en que más frecuentemente aparece suele ser entre los 9 y 14 años, con un claro predominio en la incidencia en mujeres (entre un 70 y un 93%). El nombre de esta patología, se debe al dermatólogo francés, Françoise Henri Hallopeau que describió un caso en 1889. Ya aparecen manifestaciones de este sufrimiento en textos de la Biblia, La Ilíada, atribuida a Homero o en la obra de William Shakespeare.
Las causas deben ser buscadas en cada caso en particular, no obstante es frecuente alguna forma de separación, desapego o pérdida en la infancia, también son comunes madres que tienden a la desaprobación, muy críticas o que rechazan. Padres pasivos o de poco carácter. En muchos casos, tiene que ver con un trauma sexual en la infancia, el sexo vivido como sucio o como algo repugnante o amenazador. Indudablemente arrancarse el pelo sería una forma de defensa en la medida de convertir al sujeto en poco atractivo para los demás.
Cuando la persona no solo se arranca el pelo sino que además lo come, nos encontramos ante la llamada tricofagia, la cual agrega el peligro (en casos severos) de obstrucciones intestinales.
Generalmente se asocia la tricotilomanía con el estrés, ansiedad, depresión y/o comportamientos compulsivos. El psicoanálisis la considera consecuencia en un fallo en la construcción de la imagen corporal del sujeto, en el que entran en juego factores materno-afectivo-emocionales y sexuales.
Los pacientes que sufren este desorden suelen ser muy impulsivos y tener tendencia a la actuación más que a la reflexión. Hay un componente compulsivo y repetitivo en este tipo de actos. La tricotilomanía debe ser entendida como cualquier otro síntoma psíquico que no sabemos por qué se produce ni qué significado tiene. Esta causa originaria que da comienzo al proceso patológico debe ser descubierta y resuelta, solo así el sujeto podrá librarse de un síntoma que con apariencia de cierta «inocencia», complica y mucho la vida de quien lo padece. En el caso de los niños en edad preescolar suele seguir al hábito de chuparse el pulgar, chupete, comerse las uñas. Muchas veces causado por el nacimiento o rivalidad con un hermano o a partir de padres poco demostrativos de afecto.
El acto de arrancarse el pelo puede ser consciente o focalizado para el sujeto que lo realiza, o automático e inconsciente. En el primer caso, tirarse del pelo suele ir acompañado de rituales por ejemplo, un tipo específico de cabellos, canas, rizado, quebradizo o con alguna particularidad en su textura. Pueden aparecer deseos de chupar o masticar el pelo, incluso ingerir el bulbo piloso. Los episodios inconscientes son más comunes en niños que difícilmente recuerdan o reconocen hacerlo, y que generalmente ocurre mientras duermen, o ven televisión en un cierto estado “de trance”.
Como he dicho y desde el psicoanálisis debe ser entendido como un síntoma a descubrir su significado y finalidad, no obstante y más allá de lo señalado creo importante recalcar que ésta patología tiene una gran carga pulsional (algo que generalmente el sujeto no puede controlar debido al enorme goce que le provoca).
En cada caso, nada mejor que consultar.